Reflexiones del pecado.
El pecado invade la carne y fluye en acciones.
El pecado no distingue razones, ni edades, ni flores mucho menos ranchos.
Contamina la sangre y el sueño, la lengua y los ojos, escupe oídos y ensombrece la mente.
Este bicho es un agujero en el camino, un alfiler en los dedos, una treta legal.
Se convierte en una nube gris que tiende a ser negra, es una tormenta muda, en reposo y lista para mojarte en sufrimiento.
El pecado invade la carne y fluye en acciones.
El pecado no distingue razones, ni edades, ni flores mucho menos ranchos.
Contamina la sangre y el sueño, la lengua y los ojos, escupe oídos y ensombrece la mente.
Este bicho es un agujero en el camino, un alfiler en los dedos, una treta legal.
Se convierte en una nube gris que tiende a ser negra, es una tormenta muda, en reposo y lista para mojarte en sufrimiento.
Cristian Mejía en el siglo del terror:
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2 comentarios:
El pecado es una dulce fantasía, siempre que no pase de eso... ¿o depende del tipo de pecado?
Dulce fantasía. El tipo de pecado depende de la severidad de la condena. Que temita filosofico. Voy por mis aspirinas, !regreso!
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