Vámonos patria a caminar,
yo te acompaño.
Yo bajaré los abismos que me digas.
Yo beberé tus cálices amargos.
Yo me quedaré ciego para que tengas ojos.
Yo me quedaré sin voz para que tú cantes.
Yo he de morir para que tú no mueras, para que emerja tu rostro flameando al horizonte de cada flor que nazca de mis huesos.
Tiene que ser así, indiscutiblemente.
Ya me cansé de llevar tus lágrimas conmigo.
Ahora quiero caminar contigo, relampagueante.
Acompañarte en tu jornada, porque soy un hombre del pueblo, nacido en octubre para la faz del mundo.
Ay, patria, a los coroneles que orinan tus muros tenemos que arrancarlos de raíces, colgarlos de un árbol de rocío agudo, violento de cóleras de pueblo.
Por ello pido que caminemos juntos.
Siempre con los campesinos agrarios y los obreros sindicales, con el que tenga un corazón para quererte.
Vámonos patria a caminar, yo te acompaño.
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@ Lindo poema, de un grande de Guatemala.
Cristian Mejía en el siglo del terror:
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