Ni dos días llevabas de muerta cuando la puerta de la casa se abría para una nueva vida.
La tía Inés llevaba un nuevo ser a la casa. Tenia que advertirle que el recuerdo de tu amor y de los años de mutua relación de mi difunta no se borrarían así de fácil.
Aun tenia tu olor en mi ropa y alguna que otra perenne prueba de tu existencia en mis muebles de sala y comedor. Te recordaba como eras de joven, caprichosa y altanerita, desobediente y coqueta una hembra de verdad.
Tus piernas altas y tus curvas cafés, tu ojos claros y tu sonrisa picara. Así te quería recordar.
La primera vez que compartimos cama fue esa noche de lluvia, donde ambos éramos jóvenes y la cama era campo de batalla para nuestros juegos de invierno.
Nos vetaron todo; nada de lodo, nada de agua, nada de comida, nada de ruido y nosotros nos apoderamos de mi cuarto, nos acostamos en la cama a jugar y ser felices, así te recuerdo amiga.
Luego crecimos los dos: a la naturaleza se le juzga una nada. Crecimos y nos convertimos en dos seres distintos; te fuiste con algún amor de vecindario en una noche de luna y regresaste preñada, panzona, atolondrada por ese otro ser que no quise conocer, y claro yo tenia que cobrar venganza y me fui con alguien mas, a amarla de forma sintética. Te espere en la hamaca para pasar el verano, nunca llegaste, se te olvido ese culto a la brisa de seis a siete, o la siesta en el sillón de la sala.
Se te olvido nuestro amor, tu ración de comida y los juegos de cuarto. Te invadió el cansancio y las piernas perdieron fuerza, te hiciste pequeña, delgada y caíste en ese sueño del que un día ya no despertaste.
Moriste anteayer, en un martes. ¡Que mala pata morir un martes! porque el miércoles te entierran y el jueves te renuevan.
Le voy a dar de comer a esta otra hembrita, se ve solo, asustada, recién comprada y a mi me toca el alma un ser de cuatro patas.
La tía Inés llevaba un nuevo ser a la casa. Tenia que advertirle que el recuerdo de tu amor y de los años de mutua relación de mi difunta no se borrarían así de fácil.
Aun tenia tu olor en mi ropa y alguna que otra perenne prueba de tu existencia en mis muebles de sala y comedor. Te recordaba como eras de joven, caprichosa y altanerita, desobediente y coqueta una hembra de verdad.
Tus piernas altas y tus curvas cafés, tu ojos claros y tu sonrisa picara. Así te quería recordar.
La primera vez que compartimos cama fue esa noche de lluvia, donde ambos éramos jóvenes y la cama era campo de batalla para nuestros juegos de invierno.
Nos vetaron todo; nada de lodo, nada de agua, nada de comida, nada de ruido y nosotros nos apoderamos de mi cuarto, nos acostamos en la cama a jugar y ser felices, así te recuerdo amiga.
Luego crecimos los dos: a la naturaleza se le juzga una nada. Crecimos y nos convertimos en dos seres distintos; te fuiste con algún amor de vecindario en una noche de luna y regresaste preñada, panzona, atolondrada por ese otro ser que no quise conocer, y claro yo tenia que cobrar venganza y me fui con alguien mas, a amarla de forma sintética. Te espere en la hamaca para pasar el verano, nunca llegaste, se te olvido ese culto a la brisa de seis a siete, o la siesta en el sillón de la sala.
Se te olvido nuestro amor, tu ración de comida y los juegos de cuarto. Te invadió el cansancio y las piernas perdieron fuerza, te hiciste pequeña, delgada y caíste en ese sueño del que un día ya no despertaste.
Moriste anteayer, en un martes. ¡Que mala pata morir un martes! porque el miércoles te entierran y el jueves te renuevan.
Le voy a dar de comer a esta otra hembrita, se ve solo, asustada, recién comprada y a mi me toca el alma un ser de cuatro patas.
Pd. los animales caseros me parecen como camaras de video que deambulan por su territorio, reportando y criticando todo. Algo asi como paparazzies de cuatro patas, algunos con alas y picos y otros con pieles secas, caparazones o hocicos humedos.
Cristian Mejía en el siglo del terror:
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7 comentarios:
Qué bien que estás dispuesto a abrir tu corazón y amar a esa nueva cachorrita. Nadie le podrá quitar su lugar a tu amiga que se fue, siempre vivirá en tu corazón.
Besitos y apapachitos, muchos
Lo siento mano, pero es el proceso de la vida. Igual que buen texto el que te disparaste. Saludos broder!
AY NO, TRISTE TRISTE...PERO ASÍ ES LA VIDA, PERO PENSÁ QUE SI NUESTRA VIDA FUERA COMO LA DE UN PERRO, NOS BASTARÍAN 15 ÁÑOS APROX PARA DEJAR HUELLA. ALGUNOS BAJO EL TECHO DE UN HOGAR RECIBIENDO CONCENTRADO Y CARICIAS Y OTROS HUSMEANDO UNA MONTAÑA DE BASURA BAJO LA LLUVIA, MENDIGANDO CONCENTRADO DE CARICIAS, LOS PERROS SON SÍNTOMA DE QUE EL AÚN HAY AMOR.
Nancy: yo siempre dando amor, y la criatura se lo merece, saludos y claro apapachitos :0)
Kontra: Si el proceso de la vida imaginate si fueramos como ese libro de Saramago/ las intermitencias de la muerte/ donde nadie estira la pata, que relajo. Saludos y gracias por la visita.
Mariano: vos sos un poeta irremediable, ya le sacaste metafora "" concentrado de caricias" si se pudiera comprar le compraria unos quintales a esos mareros que lo que les hace falta es amor. Saludos hermano. Y como va lo del libro(s)?
Diablos! es triste perder alguien ke se a compartido mucho.
ya está sobre la marcha, faltan detalles mínimos, para serte sincero precisamente va ir incluido un poema que se llama "soledad guaw guaw", y de hecho de ahí la frase -concentrado de caricias-, dice más o menos así, "los perros siempre empecinados en dar un beso, los perros siempre acostumbrados a recibir un vergazo, odio la soledad de mis perros porque esperan sin respuesta concetrado de caricias, ladran y es un poema si baba....." de corasón no lleva Zeta, orale BLOGBRO.c
Mariano: avisame un poco antes para postear algo aqui, ya sabes mi correo. saludos y buena suerte. Saludos
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