jueves, 25 de diciembre de 2008

Post parto navideño



En cuestión de segundos pasamos de la alegría efímera de la media noche a la cruda resaca de la madrugada post nacimiento. Los estómagos llenos o vacíos según el gusto o la necesidad marcan lo que podría ser una madrugada corta o muy larga y sufrida. Estas fechas traen consigo altos números de suicidios y de muertos por arma de fuego y arma blanca. Al parecer el momento en que mas amor debería de haber en la tierra se transforma en fatalidad al mezclarse la nostalgia, la bebida y un poco de desestabilizad emocional y agresividad.
Las navidades son muy diferentes cuando hay un vacío, al morir un ser querido en las vísperas de la navidad o en el ciclo del año, la ausencia pesa. Al ver la silla vacía y sentir la presencia del ausente la cena navideña no es la misma. Perder amores(verdaderos amores) en estas fechas también es un evento catastrófico que imposibilita a los sentidos y por lo tanto el disfrute de las fechas. ( ¿ Cuantas canciones?)
Los niños también viven de diferente manera este post parto navideño. Muchos de ellos conocieron por primera vez lo que era un cohetillo ( un cuete pué) y el vértigo espontáneo que causa el estar tan cerca del peligro. También están aquellos que cayeron en la trampa fatal de una quemadura de (cualquier grado) pólvora y que en muchos casos nunca va a ser reportada para su estadística.
Los que no “gozaron” o tuvieron un incidente con el retraso de los juguetes de pólvora probablemente se despierten muy temprano para jugar con sus nuevos juguetes, los cuales por ser baratos y “made in china” probablemente se desbaratan en unas cuantas horas. Al final volverán a lo mismo; a las carreritas, a las escondidas a los policías y ladrones o probablemente a la disciplina tan modernista de la “compu” o los videojuegos.
Los abuelos; esos seres que cargan años en la piel y en la cabeza, probablemente estén pensando en que puede ser la ultima navidad que pasaron en este mundo terrenal y que como van las cosas cada día se plantea como un gran desafío para ellos con sus “reúmas y achaques” y la situación de alto riesgo que vivimos.
Yo por lo tanto me dormí a las tres de la mañana y probablemente mañana me la pasare viendo películas en la casa y comiendo tamales o los que me encantan: los riquísimos emparedados de pavo de mi mamá. “Alguien se tiene que terminar todo ese pavo” la escusa de mi papá.
Saludos y espero que todos hayan amanecido sin mayor novedad que un buen regalo o alguna indigestión por tragón(ana).


Cristian Mejía en el siglo del terror:
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3 comentarios:

el Kontra dijo...

Perdón como que se borró mi comentario anterior.

Yo amanecí con un sho dolor de cabeza por el vino tinto, no puedo ver un pedazo de pavo más y huelo a pólvora quemada. Un abrazo men, que las pases bien.

Nancy dijo...

Hace algunos años aprendí a evitar excederme en la comida, el desvelo y el cansancio. No soy de las que queman cohetes y tampoco bebo. A lo mejor te parezca aburrida, pero nada que ver. En las fiestas navideñas y de fin de año me la paso muy bien, pero a mi edad, supongo, ya una quiere amanecer descansadita y con hambre para seguir comiendo tamales.
Apapachos

Anónimo dijo...

Salut Cristian y que tengas proyectos para llevar a cabo.
Beso ( Pepa)