Por allí entre el agujero que dejo uno que otro amor, me acorde del demonio, del latido arrítmico, del digestivo perplejo y de las lagrimas.
Por allí entre el recuerdo que dejo uno que otro amor, me acorde del sabor a piel, del brillo de los ojos enamorados, del descanso sin dormir y la agitación de la paz singular.
Me acorde del demonio, de las pulsaciones frías anormales que se sienten al acercarse a la otra carga.
Por allí entre el árbol y una banca me acorde del tiempo disfrutado y perdido, del viento que nos bautizo y el frió que nos provoco, me acorde del sabor de tu piel, de la agitación singular y del demonio del amor.
Por allí entre el recuerdo que dejo uno que otro amor, me acorde del sabor a piel, del brillo de los ojos enamorados, del descanso sin dormir y la agitación de la paz singular.
Me acorde del demonio, de las pulsaciones frías anormales que se sienten al acercarse a la otra carga.
Por allí entre el árbol y una banca me acorde del tiempo disfrutado y perdido, del viento que nos bautizo y el frió que nos provoco, me acorde del sabor de tu piel, de la agitación singular y del demonio del amor.
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