El todo y el nada se esta quedando vacío, mientras sus habitantes, o se mueren o se largan.
Guarda el recuerdo en el estomago, para recordarte de la necesidad de comer.
Ayer, volví allá, pero mi cuerpo se quedo acá. Hoy no se donde amanecí.
Desfiguro mis recuerdos, para olvidar lo que amo, desfiguro mi país, para construir uno nuevo, así talvez me den ganas de volverlo amar.
Tengo el deseo de volverte amar, de besar tu tierra, de respirar tus aires, de abrazarte, cierro los ojos y no apareces, solo aparece el sonido perdido de un amanecer pacifico.
Me devolviste la vida el día que me botaste, también me diste un equipaje que nunca voy a poder desempacar.
Las lenguas se mezclan en mi cabeza; la mía, la natural, desaparece mientras se enreda en otras, igual de útiles pero con poca gracia y con mínima belleza.
Cristian Mejía en el siglo del terror:
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3 comentarios:
lirismo lleno de vida y esperanza!!
buenísimos, no que no sos poeta!
Nostálgico. Hay cosas que se nos quedan y nunca nos dejan porque no queremos, porque no podemos. Saludos.
Mariano:recuerdos,recuerdos, gracias vos ya casi me la creo, jaja!( peligroso ego)
Kontra: Díficil dejar el ombligo, perderlo,botarlo y en fin algun día olvidarlo. Duele a veces. Saludos.
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