Estos sueños que tenia se volvían pesadilla,
los escenarios rápidamente cambiaban mientras yo encarnaba la misma actuación.
Soy buen actor según la vida. Y sigo dormido en esta pesadilla.
1.-
Camarones, pescados, algas y demás salsas inundaban mi cabeza,
Me enredaba en un Nautilus y la presión hacia estallar mis tímpanos
Allá abajo en el fondo del mar, el azul se pierde en oscuridad y el sonido se acaba, el mundo se acaba y la gloria es nada. El vacío total en este mundo se encuentra allí.
A veces se le ocurría a un pez ciego chocar con mi coraza, de la cual ya no recuerdo el color. Nada de peces grandes, nada de peces de colores, nada de belleza.
2.-
Me enterraron vivo, con traje y anillos. La oscuridad me ahogaba y mis rodillas no flexionaban, mis brazos también se resistían mientras el vapor de mi propia respiración preparaba mi verdadera muerte. ¡Relájate! me decía, mientras sangraba mi frente al golpearla con la madera, dejaba ya de implorar y la maldita caja no se abría. Mojaba mis labios en agonía y la urgencia me daba nauseas.
3.-
El ladrido lo llevaba en la espalda. Esa bestia de ojos rojos y pelo grueso me perseguía. Yo corría como el viento y saltaba como gacela a punto de ser cenada, almorzada y desayunada. El camino nuca se hacia corto y mis fuerzas se agotaban con cada zancada, jugamos a eso un kilómetro o una hora y en el ultimo segundo en mi cuello se trabo.
4.-
La paranoia palpitaba en mi ser. Los ojos, mis ojos miopes transformaban las sombras, mis sordos oídos tergiversaban los sonidos transformándolos en arcoiris de emociones. Veía ratones pasar, trepar paredes, arañas saltar, tejiendo mansiones, hormigas marchar, ejércitos combatir. Escuchaba el crujir de la madera, el rechinido del metal no lubricado, los huesos quejarse, sirenas cantar, y a un gato negro devorase a mi pez dorado.
5.-
Volar como un pájaro, caer como una pluma. Temerario como soldado emocionado me lance del avión, el instructor dijo cuente hasta 20 y jale de la cuerda, apriete los dientes y junte los brazos , prepárese para flexionar con fuerza al topar con la tierra. Conté, conté 10,9,8,7,6,5,4,3,2,1 tiré de la cuerda y me prepare para amortiguar, apreté los dientes y levante la cabeza, nunca tope tierra, pero sentía cierta humedad.
6.-
La enfermedad define a la salud. Caí en cama, fiebre, vómitos y hasta convulsiones afectaban mi ser. Perdía peso, no dormía, amarillo, blanco y a veces rojizo mi piel advertía. Pastillas de todas formas y de todos colores, doctores, enfermeras, análisis y pruebas. Moria y me revivían no me dejaban sanar. El cuarto frío y la sirena de la ambulancia estaban metidos en mi cabeza, sudaba y nada. Nada cambio hasta que volví a enfermar.
los escenarios rápidamente cambiaban mientras yo encarnaba la misma actuación.
Soy buen actor según la vida. Y sigo dormido en esta pesadilla.
1.-
Camarones, pescados, algas y demás salsas inundaban mi cabeza,
Me enredaba en un Nautilus y la presión hacia estallar mis tímpanos
Allá abajo en el fondo del mar, el azul se pierde en oscuridad y el sonido se acaba, el mundo se acaba y la gloria es nada. El vacío total en este mundo se encuentra allí.
A veces se le ocurría a un pez ciego chocar con mi coraza, de la cual ya no recuerdo el color. Nada de peces grandes, nada de peces de colores, nada de belleza.
2.-
Me enterraron vivo, con traje y anillos. La oscuridad me ahogaba y mis rodillas no flexionaban, mis brazos también se resistían mientras el vapor de mi propia respiración preparaba mi verdadera muerte. ¡Relájate! me decía, mientras sangraba mi frente al golpearla con la madera, dejaba ya de implorar y la maldita caja no se abría. Mojaba mis labios en agonía y la urgencia me daba nauseas.
3.-
El ladrido lo llevaba en la espalda. Esa bestia de ojos rojos y pelo grueso me perseguía. Yo corría como el viento y saltaba como gacela a punto de ser cenada, almorzada y desayunada. El camino nuca se hacia corto y mis fuerzas se agotaban con cada zancada, jugamos a eso un kilómetro o una hora y en el ultimo segundo en mi cuello se trabo.
4.-
La paranoia palpitaba en mi ser. Los ojos, mis ojos miopes transformaban las sombras, mis sordos oídos tergiversaban los sonidos transformándolos en arcoiris de emociones. Veía ratones pasar, trepar paredes, arañas saltar, tejiendo mansiones, hormigas marchar, ejércitos combatir. Escuchaba el crujir de la madera, el rechinido del metal no lubricado, los huesos quejarse, sirenas cantar, y a un gato negro devorase a mi pez dorado.
5.-
Volar como un pájaro, caer como una pluma. Temerario como soldado emocionado me lance del avión, el instructor dijo cuente hasta 20 y jale de la cuerda, apriete los dientes y junte los brazos , prepárese para flexionar con fuerza al topar con la tierra. Conté, conté 10,9,8,7,6,5,4,3,2,1 tiré de la cuerda y me prepare para amortiguar, apreté los dientes y levante la cabeza, nunca tope tierra, pero sentía cierta humedad.
6.-
La enfermedad define a la salud. Caí en cama, fiebre, vómitos y hasta convulsiones afectaban mi ser. Perdía peso, no dormía, amarillo, blanco y a veces rojizo mi piel advertía. Pastillas de todas formas y de todos colores, doctores, enfermeras, análisis y pruebas. Moria y me revivían no me dejaban sanar. El cuarto frío y la sirena de la ambulancia estaban metidos en mi cabeza, sudaba y nada. Nada cambio hasta que volví a enfermar.
Cristian Mejía en el siglo del terror:
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2 comentarios:
me gusto el 3 master... me gusto mucho
Black!: a mi papá tambien le gusto ese, dice que se imagino a la bestia que me mató, que bueno que pasaste por acá.
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