lunes, 2 de junio de 2008

Justificando el trabajo


Justificado el trabajo


Me podría ahogar
en una botella
de licor
de rumba
gozando,
olvidando
en fin
el muerto
ya estaba abajo.
Sobrado esfuerzo
el olvidarlo
el solo eco
atormenta
largo, largo
profundo, profundo
filo y hierro
sangre, sangre
en fin
el muerto
ya se pudría.
Hablando de él
que bueno,
que bendición
que redención
el público
aplaude.
En fin el muerto
ya había perdido;
la vida,
y sobre todo
la cabeza.


Verdugo







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1 comentario:

Julio Serrano Echeverría dijo...

Me llega la combinación de tus textos y la imagen de ese chavo que parece cantante de dimmu borgir o algo así, me llegó compadre, abrazo virtual