sábado, 1 de marzo de 2008

Marzo y mis angeles.

Deje de estar sentado y me puse de pie, me invadieron los ángeles y me llene de arcoiris y olor a flores, olor a campo: vi mariposas monarca salpicar praderas verdes, pringadas multicolor.
Me sentí con fuerza interior, la que te hace vencer cualquier obstáculo, no aquella de mi otra vida la que daba la fibra liza o estriada, era la fuerza del alma, la del espíritu me sentí desnudo, libre, dispuesto, mi visión fue envidia de cualquier ser. Sentí en mi boca un sabor dulce. Me sentí héroe, rey, soldado victorioso o medico reivindicado.
Sentí la ligereza de dejar de penar, sin preocupaciones, me sentí flotar, pero sobre todo, sentí mi sangre fluir de punta a punta de la forma que el río acarrea el divino fluido.















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