miércoles, 14 de mayo de 2008

Me gustan tus ojos claros pero tu perfume me confunde

Estabas allí acariciando el tiempo con tu sonrisa estelar con tus ojos de muralla y poniendo mi sangre por sobre los cien.

Allí mismo sin decirte nada con el gracioso olor de tu esencia francesa dando vueltas por mi ser, formule un plan, un unánime proyecto posible.

Me eché en la cabeza el meterme en tu cabeza para que me mires en la oscuridad; para que al cerrar los ojos, me veas sin verme. Para quedarme allí con tus recuerdos de niña y jugar a la familia.

Acostarme en tu conciencia y sudar juntos aquellos pecados guardados. Sentarme a platicar, ya que estoy por allí: con tus planes. Para negociar futuro, para ser abundantemente incluido.

Y ya entrando en confianza, tal vez solo tal vez y por tal vez digo lo haré, abriré las cortinas de tus pensamientos para develar que piensas, cuando no piensas en mi.


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1 comentario:

Black dijo...

me gusto eso de me heche en la cabeza eso de meterme en tu cabeza... tiene mucho sentido! saludos maestro... buenos textos siempre