Rodeando el cadáver de un joven de aproximadamente dieciocho años, nos topamos el y yo. Los dos con el morbo y la curiosidad en nuestras caras.
No estábamos solos, también estaba el resto del barrio, los “chuchos” pulgosos, el selectisimo grupo de “charas” con menos morbo pero siempre acompañados por sus crudas de veinte semanas.
Vimos el cuerpo delgado del casi niño desangrarse lentamente, hasta pasar de lo vivo a lo fresco muerto. Sus heridas fueron mortales, una en la cara y tres en el pecho.
Nadie pudo hacer nada por el recién estrenado difunto.
El testimonio de uno de los borrachines que placenteramente descansaban en una acera de por allí, fue feroz. Dijo: “ Se acercaron dos tipos sacaron sus cuetes y dispararon, yo me hice el dormido, pero ni modo así caen estos, facilitos.”
Entre el conglomerado de espectadores de este trágico final, nadie conocía al muerto, nadie en lo absoluto.
Llego la policía, tarde como siempre, luego el M. P. quien hizo el circo, haciendo reír a los niños con sus cintas y mediciones y creando una escena mas grande y menos concreta.
Levantaron el cuerpo, ya completamente vació de sangre y de vida y todo volvió tranquilamente a la normalidad.
La señora de la tienda saco su manguera y diluyo el rojo y breve recuerdo con la tenue presión de agua de su toma.
El vendedor de periódicos siguió caminando y probablemente pensando que seguramente esa noticia no saldría en ningún periódico del siguiente día.
El y yo nos refugiamos del candente sol debajo de una cornisa de llamativos colores de un comedor cercano.
Platicábamos sobre los temas del momento; la violencia, la inseguridad y la economía.
Nuestros bolsillos nos dieron el primer tema a tratar, ya que al comprar una cerveza en el mentado lugar donde evitábamos el sol , el ya no tenia con que pagar: “!Me pusieron! Me robaron la billetera en la amontonazon”
Se preocupo mucho por sus tarjetas, por los pesos devaluados que llevaba y por el solo hecho de perder parte de su privacidad.
“Esto se pone peor amigo, pero no somos solo nosotros, también México, El Salvador, y bueno todos estamos fregados, pero el mas jodido el hecho mierda es Haití vos”
Alli llegue a la conclusión del titulo que usted leyó.
No estábamos solos, también estaba el resto del barrio, los “chuchos” pulgosos, el selectisimo grupo de “charas” con menos morbo pero siempre acompañados por sus crudas de veinte semanas.
Vimos el cuerpo delgado del casi niño desangrarse lentamente, hasta pasar de lo vivo a lo fresco muerto. Sus heridas fueron mortales, una en la cara y tres en el pecho.
Nadie pudo hacer nada por el recién estrenado difunto.
El testimonio de uno de los borrachines que placenteramente descansaban en una acera de por allí, fue feroz. Dijo: “ Se acercaron dos tipos sacaron sus cuetes y dispararon, yo me hice el dormido, pero ni modo así caen estos, facilitos.”
Entre el conglomerado de espectadores de este trágico final, nadie conocía al muerto, nadie en lo absoluto.
Llego la policía, tarde como siempre, luego el M. P. quien hizo el circo, haciendo reír a los niños con sus cintas y mediciones y creando una escena mas grande y menos concreta.
Levantaron el cuerpo, ya completamente vació de sangre y de vida y todo volvió tranquilamente a la normalidad.
La señora de la tienda saco su manguera y diluyo el rojo y breve recuerdo con la tenue presión de agua de su toma.
El vendedor de periódicos siguió caminando y probablemente pensando que seguramente esa noticia no saldría en ningún periódico del siguiente día.
El y yo nos refugiamos del candente sol debajo de una cornisa de llamativos colores de un comedor cercano.
Platicábamos sobre los temas del momento; la violencia, la inseguridad y la economía.
Nuestros bolsillos nos dieron el primer tema a tratar, ya que al comprar una cerveza en el mentado lugar donde evitábamos el sol , el ya no tenia con que pagar: “!Me pusieron! Me robaron la billetera en la amontonazon”
Se preocupo mucho por sus tarjetas, por los pesos devaluados que llevaba y por el solo hecho de perder parte de su privacidad.
“Esto se pone peor amigo, pero no somos solo nosotros, también México, El Salvador, y bueno todos estamos fregados, pero el mas jodido el hecho mierda es Haití vos”
Alli llegue a la conclusión del titulo que usted leyó.
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