lunes, 28 de abril de 2008

Para mi madre...

Dios se dispuso a guardar
sus joyas en un precioso joyero.
Lo construyo con alegría
con esperanza santa.
En su vientre, la luz guardaría,
la aurora universal, descansaría.
Al terminarla, la decoro con
valor, con sacrificio.
Dentro guardo amor, guardo calor, sinceridad
paciencia.
Guardo armonía y tenacidad.
La sello con un enlace maternal.
Con ternura, la mando a otro imperio:
al imperio del hogar.
Y fue cuna de otro ser,
un caudal inagotable de virtudes,
una Diosa
llamada mamá.




Fotos: Virgin Mother at the Royal Academy of Arts in London. Mide casi 5 metros de alto.



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