jueves, 31 de enero de 2008

Una parejita de Tabis Atigrado.



Era la historia de dos gatos, intrépidos, de buena casa, de dueños reales, uno se llamaba Simón y el otro George. Vivian en el mismo vecindario, sin querer, en el mismo mapa. La casa de George era grande y su patrón por la forma de pensar había logrado formar un imperio majestuoso, Tenia una extensión extraordinaria, con bellas lagunitas, con lomas de jardín , con bosques ligeros y bellezas naturales y artificiales que anonadaban a las visitas. Frecuentemente invitaba a sus amiguitos a visitarlo, a saludarlo, a adularlo y tanto fue la adulación que llegaron a reverenciarlo.
El los premiaba con obsequios modestos pero para el pobre todo tenia valor.
George se volvió loco con tanta adulación, con tanto poder, con tanta extensión de decision, se volvió siniestro oscuro, y se escondía en sonrisas y regalos.
Simón no se quedaba atrás también tenia una casa respetable, de buen tamaño con lugares preciosos, con cascadas bendecidas de aguas claras, gozaba de lo que la buena tierra producía, y del fondo de ella un goloso liquido negro emanaba, con abundancia divina.
Su vida en los primeros días de su existir (de gatito) había sido llena de marañas y cambios bruscos, había pasado por distintas manos en corto tiempo y gozo del talento de un sonador que deambulo por sus planicies de manera brava, con gallardía de caballero azul.
Vivian aparte, George al norte donde el frió impera un poco mas y Simón un poco mas al sur, donde el calor se vuelve ritmo, donde la sangre es mas ligera y la faena es mas breve.
Se conocieron a mediana edad. George le mando regalos y Simon los acepto, convido Simon en reciprocidad , su goloso liquido negro lo único que tenia para dar. George se volvió adicto al brillo y viscosidad del liquido negro, ni poco ni mucho fue suficiente para su imperio.
El saludo cordial de Simon lo confundió George con la sucia adulación de los otros amigos serviles y vanos. El imperio de Simon crecio con el tiempo, con esfuerzo, con las regalías directas de la venta y comercialización del liquido.
Todo fue hacia arriba y por un buen periodo las relaciones siguieron igual, con tolerancia, con escuetas asperezas pero al final el mismo resultado.
George fue perdiendo el sentido de la realidad y busco atraer a aquellos que no habían querido ser sus amigos, se fue al otro lado del rió y no encontró amigos, ellos vivían sus propios dramas, dramas de entera veneración al sol y a la luna, de entrega total. George los vio raros los sintió fuera de realidad completamente desquiciados y la amistad que buscaba le trajo golpes sufrimiento y una que otra lagrima.
Debido al viaje había perdido energías, y se veía débil.
Mientras eso pasaba con este gato blanco, el otro, el café usaba la misma estrategia que al inicio uso George, comprarse amigos, con obsequios, con regalitos, con cortesías y sonrisas.
Con tanta inversión junto tres o cuatro, talvez cinco gatos ralos.
Entre el ir y venir del buscar amigos, Simon encontró una boinita roja, bonita y a su medida. Con ella se volvió presumido,pero tambien le dieron ganas de cantar, y de retar a los otros gatos menores, no bastándole con estos, busco retar al blanco poderoso al de la inmensa propiedad, pero como el otro estaba entretenido en otras cuestiones no encontro eco su osadía.
Armo su filosofía copiada de otro de éxito parcial, de otro ser,de un fenómeno de ser. Tomo
un nuevo color, El abandono del gato blanco,hizo que algunos gatos pobres se avocaran a Simon, el los cuido, les ofreció su dulce, y ellos necesitados, con hambre y con la ambición de cualquier ser, aceptaron. Dos caras.
Al regresar el blanco de George, su maullido no fue leve fue agresivo y directo. Acepto el reto y de lo verbal se pasaron a lo económico, amenazaba Simon con no dar el sabroso elixir y así hacerle daño. Nada paso.
Siguieron las asperezas y un buen día George se canso de los agresivos y punzantes maullidos del intrépido Simón.
Reunió el ya cansado George a sus falsos amigos y en oscuridad total decidieron desaparecer al revoltoso. Lo planearon a la perfección, pero lo que no sabían era de la enfermedad que aquejaba a Simón, la paranoia. (El pobre no dormia, miraba sombras y presentia que lo querian dar en adopcion a la muerte)
Ejecutaron el plan y fallo porque Simón no dormía, estaba siempre alerta y rodeado de otros seres, un poco mas leales, un poco mas legales.
Ese fue el detonante para una de esas guerras de gatos, donde corren por el tejado, sin compasión, donde saltan por los árboles como primates calientes, donde maullan días y días. Enflaquecieron hasta que el hueso tocaba las costillas , hasta ser mas orejas y colas que cuerpo y cabeza.
Causaron tanto destrozos que los dueños, los amos verdaderos se pusieron a pensar y entre consulta y meditación decidieron sacarlos de sus casas, no sin antes caparlos para que su calentura de todo poderoso se les enfriara.
Que tristes quedaron los dos el blanco y el café, el del norte y del sur, ¿ Y los amigos? Se preguntaron los dos.
¿Dónde quedaron los amigos?

1 comentario:

Black dijo...

MIS RESPETOS PATOJO, QUE EXCLENTE TEXTO, LLENO DE METAFORAS MUY CIERTAS, PARECEN DURAS PERO ES LA REALIDAD ESTA BUENO PARA ENMARCARLO... SALUDOS Y COMO SIEMPRE UN EXCLENTE TEXTO, A VECES LO MEJOR ES QUEDARSE EN PAZ EN ESTE MUNDO DE PAYASOS